Cuando vas a vender un producto o servicio, lo normal es que prepares todo el terreno para que la venta salga perfecta. Cuidas la oferta, que todo quede claro, resuelves dudas…
Pero todo puede desmoronarse con tan solo dos palabras:
“Sí, claro…”
Cuando tu (casi) cliente piensa en esas dos palabras, no hay nada que hacer. Por eso, hoy te hablo de estas dos palabras y cómo evitar que tu cliente llegue hasta ellas.
Dale al play y disfruta del episodio.