Las ventas son la sangre de un negocio, pero los clientes que te amargan la existencia son uno de los venenos del mismo. Muchas veces, al recibir un pago, da la sensación de que tu cliente es tu amo y que tienes que hacer todo lo que dice porque “el cliente siempre tiene la razón”...
No, gracias. Los clientes no siempre tienen la razón y esa política solo te llevará a escuchar quejas constantes y problemas que, en muchas ocasiones, no son tuyos.
Por eso en el episodio de hoy te voy a hablar de mi política de no admisión de clientes tóxicos, por qué me da igual perder dinero con clientes que ya han pagado y qué he aprendido de Ben Settle en este aspecto.